Muchos parásitos que viven en el cuerpo humano no tienen un sistema nervioso, cardiovascular o respiratorio, pero sus órganos reproductivos pueden arrojar cientos de miles de huevos madurados que envenenan la vida de todos los seres vivos.
Todos los días, una gran cantidad de bacterias, larvas y otros microorganismos patógenos, con los cuales la inmunidad saludable lucha con éxito, penetra del entorno externo hacia el cuerpo humano.